hiking table mountain...

fue lo primero que 'conocí' de cape town cuando comencé a investigar después de tomar la decisión de venirme... fue también, por alguna mágica coincidencia, lo primero que vi nada más al salir de la sala de arribos nacionales del aeropuerto... es por ello, quizá, que moría por conocerla más, por pisarla, por tocarla... por estar finalmente en su cima...
y ese momento llegó al siguiente día de lo del sunset en el barco pirata... si bien el domingo anterior -justo una semana antes- había llegado hasta el mirador desde el cual se toma el 'cableway' gracias al paseo en el 'city sight seeing' (el típico bus rojo de dos pisos que recorre los puntos turísticos de las ciudades), recién el pasado 5 de abril me pude dar el gusto de escalar table mountain...
table mountain es sin dudas el ícono de cape town... es el fondo más visible y espectacular de la ciudad, una montaña amesetada (y a su vez la meseta aplanada) de casi 1.100 metros de altura sobre el nivel del mar y de unos tres kilómetros de extensión en su parte más ancha que, especialmente al amanecer, permanece cubierta por curiosas formaciones de nubes o niebla que le dan un efecto sobrecogedor... al llegar a la playa, table mountain tiene un final abrupto en forma de acantilado, y su belleza se resalta al estar custodiada por devil's peak y lion's head, las otras dos curiosas elevaciones que le dan ese marco espectacular y único a cape town...
es, en definitiva, la montaña que aparece de fondo en varias de las fotos que ya han visto por aquí... hacia allá nos dirigimos lorena, yvette, anouk y yo... la intención era hacer la excursión los cuatro juntos, pero yvette y anouk además de ser hermosas son increíblemente atléticas, así que ni bien tomamos el sendero para comenzar el ascenso prácticamente volaron y nos dejaron a lorena y a mi con el polvo en las narices...
sin embargo, debo ser justo con lorena y aclarar que ella bien pudo seguir el ritmo del dúo holandés porque también es muy atlética -y también muy hermosa!-, pero ella se compadeció de mi y me esperó... y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó, y así una y otra y otra y otra y otra y otra vez...
es que quizá para mi no fue el mejor momento para escalar table mountain... a mi acostumbrada falta de ejercicios -casi casi que la última vez fue mi exámen final de educación física en el colegio- y buen gusto por el cigarrillo se sumó que por andar 'viviendo al máximo' casi no había dormido y apenas comido en los tres o cuatro días anteriores, sin contar con que después de lo del barco nos quedamos como hasta las 04h00 o 04h30 en cape to cuba, saboreando toda la variedad de mojitos de la carta... a eso se sumó que me levanté a las 07h45 y la cita era a las 08h00 -menos mal era aquí, en ginger square-, por lo que no alcancé a desayunar...
dicho todo esto, no es de extrañar mi cara en las fotos del ascenso, ni tampoco que mi corazón se haya puesto en huelga antes de llegar a la primera media hora de travesía y que luego mis piernas se hayan declarado en rebeldía... debo decir que contra todo pronóstico logré dominar a mi corazón, pero debo admitir también que nunca logré que mis piernas abandonaran ese estado de rebeldía... afortunadamente eso ocurrió cuando estaba más cerca de la cima que del inicio del recorrido, porque de lo contrario me hubiera dado la media vuelta y probablemente no estaría contándoles esta experiencia...
la gran damnificada de todo esto fue lorena, ya que tan hermosa como siempre me esperó y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó cada vez que necesité parar la marcha para descansar... y no es exageración cuando digo que las paradas a descansar eran en cada múltiplo de diez: cada diez pasos, cada diez metros caminados, cada diez metros ascendidos... me da mucha vergüenza, pero así fue como llegué y llegamos a la maravillosa cima de table mountain... mientras yvette y anouk se demoraron una hora y media -el tiempo promedio de subida por el sendero que escogimos que, además, era en teoría el más fácil- en llegar, lorena y yo, por mi culpa, necesitamos un poco más de tres horas...
ya en la cima de table mountain todo fue maravilloso... allá arriba todo me recordaba a galápagos: el clima, los turistas, la señalética, los senderos, la sensación de estar en un lugar mágico e irrepetible en el mundo... a los pocos minutos de llegar a la cumbre nos encontramos con yvette y anouk que ya habían recorrido y hecho todo lo que era posible, y comenzaban el regreso por el mismo camino...
lorena y yo decidimos bajar en el 'cableway', así que nos tomamos nuestro tiempo para caminar y conocer todo el lugar, tomarnos miles de fotos, compartir un delicioso café y tener una de esas largas y entrañables conversaciones (en inglés!) (bueno, sí, con pequeños momentos de español, lo admito) que te dejan con un buen sabor de boca y que a mi tanto me gustan...
pero como todo lo bueno se acaba, llegó el momento de bajar... así que compramos los tickets (solo 50 rands, nos rebajaron 30 con el carnet de estudiante de ef), esperamos por la 'góndola rotativa -o rotadora-' -como le llaman acá a la cabina del 'cableway'- y bajamos al encuentro de yvette y anouk que a esas alturas ya estaban casi en el mirador por lo que no hubo que esperarlas mucho, realmente nada en comparación a lo que ellas esperaron por nosotros...
de regreso a la residencia me subí por primera vez a un 'minibus', que es lo mismo que las furgorutas que alguna vez funcionaron en guayaquil pero que acá, en la práctica, son los buses de transporte público, ya que en cape town no hay buses o busetas, como las quieran llamar... lo curioso del asunto es que pese a ser 'buses' son como taxis, ya que aunque uno las comparte con los demás pasajeros es uno quien decide dónde quedarse -como un taxi- por precio realmente realmente económico... la desventaja es que son peligrosos, y a uno le pueden robar allí como en cualquier bus de ecuador...
en fin, no hay mucho que decir de los 'minibuses' pero sí harto que recordar de ese maravilloso día en table mountain, y de cómo sobreviví a la escalada para contarlo... otro maravilloso día que contar, otro maravilloso día que recordar... otra intensa vivencia, otra razón más para enamorarme más de este lejano lugar, de estos días de felicidad...
y ese momento llegó al siguiente día de lo del sunset en el barco pirata... si bien el domingo anterior -justo una semana antes- había llegado hasta el mirador desde el cual se toma el 'cableway' gracias al paseo en el 'city sight seeing' (el típico bus rojo de dos pisos que recorre los puntos turísticos de las ciudades), recién el pasado 5 de abril me pude dar el gusto de escalar table mountain...
table mountain es sin dudas el ícono de cape town... es el fondo más visible y espectacular de la ciudad, una montaña amesetada (y a su vez la meseta aplanada) de casi 1.100 metros de altura sobre el nivel del mar y de unos tres kilómetros de extensión en su parte más ancha que, especialmente al amanecer, permanece cubierta por curiosas formaciones de nubes o niebla que le dan un efecto sobrecogedor... al llegar a la playa, table mountain tiene un final abrupto en forma de acantilado, y su belleza se resalta al estar custodiada por devil's peak y lion's head, las otras dos curiosas elevaciones que le dan ese marco espectacular y único a cape town...
es, en definitiva, la montaña que aparece de fondo en varias de las fotos que ya han visto por aquí... hacia allá nos dirigimos lorena, yvette, anouk y yo... la intención era hacer la excursión los cuatro juntos, pero yvette y anouk además de ser hermosas son increíblemente atléticas, así que ni bien tomamos el sendero para comenzar el ascenso prácticamente volaron y nos dejaron a lorena y a mi con el polvo en las narices...
sin embargo, debo ser justo con lorena y aclarar que ella bien pudo seguir el ritmo del dúo holandés porque también es muy atlética -y también muy hermosa!-, pero ella se compadeció de mi y me esperó... y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó, y así una y otra y otra y otra y otra y otra vez...
es que quizá para mi no fue el mejor momento para escalar table mountain... a mi acostumbrada falta de ejercicios -casi casi que la última vez fue mi exámen final de educación física en el colegio- y buen gusto por el cigarrillo se sumó que por andar 'viviendo al máximo' casi no había dormido y apenas comido en los tres o cuatro días anteriores, sin contar con que después de lo del barco nos quedamos como hasta las 04h00 o 04h30 en cape to cuba, saboreando toda la variedad de mojitos de la carta... a eso se sumó que me levanté a las 07h45 y la cita era a las 08h00 -menos mal era aquí, en ginger square-, por lo que no alcancé a desayunar...
dicho todo esto, no es de extrañar mi cara en las fotos del ascenso, ni tampoco que mi corazón se haya puesto en huelga antes de llegar a la primera media hora de travesía y que luego mis piernas se hayan declarado en rebeldía... debo decir que contra todo pronóstico logré dominar a mi corazón, pero debo admitir también que nunca logré que mis piernas abandonaran ese estado de rebeldía... afortunadamente eso ocurrió cuando estaba más cerca de la cima que del inicio del recorrido, porque de lo contrario me hubiera dado la media vuelta y probablemente no estaría contándoles esta experiencia...
la gran damnificada de todo esto fue lorena, ya que tan hermosa como siempre me esperó y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó y me esperó cada vez que necesité parar la marcha para descansar... y no es exageración cuando digo que las paradas a descansar eran en cada múltiplo de diez: cada diez pasos, cada diez metros caminados, cada diez metros ascendidos... me da mucha vergüenza, pero así fue como llegué y llegamos a la maravillosa cima de table mountain... mientras yvette y anouk se demoraron una hora y media -el tiempo promedio de subida por el sendero que escogimos que, además, era en teoría el más fácil- en llegar, lorena y yo, por mi culpa, necesitamos un poco más de tres horas...
ya en la cima de table mountain todo fue maravilloso... allá arriba todo me recordaba a galápagos: el clima, los turistas, la señalética, los senderos, la sensación de estar en un lugar mágico e irrepetible en el mundo... a los pocos minutos de llegar a la cumbre nos encontramos con yvette y anouk que ya habían recorrido y hecho todo lo que era posible, y comenzaban el regreso por el mismo camino...
lorena y yo decidimos bajar en el 'cableway', así que nos tomamos nuestro tiempo para caminar y conocer todo el lugar, tomarnos miles de fotos, compartir un delicioso café y tener una de esas largas y entrañables conversaciones (en inglés!) (bueno, sí, con pequeños momentos de español, lo admito) que te dejan con un buen sabor de boca y que a mi tanto me gustan...
pero como todo lo bueno se acaba, llegó el momento de bajar... así que compramos los tickets (solo 50 rands, nos rebajaron 30 con el carnet de estudiante de ef), esperamos por la 'góndola rotativa -o rotadora-' -como le llaman acá a la cabina del 'cableway'- y bajamos al encuentro de yvette y anouk que a esas alturas ya estaban casi en el mirador por lo que no hubo que esperarlas mucho, realmente nada en comparación a lo que ellas esperaron por nosotros...
de regreso a la residencia me subí por primera vez a un 'minibus', que es lo mismo que las furgorutas que alguna vez funcionaron en guayaquil pero que acá, en la práctica, son los buses de transporte público, ya que en cape town no hay buses o busetas, como las quieran llamar... lo curioso del asunto es que pese a ser 'buses' son como taxis, ya que aunque uno las comparte con los demás pasajeros es uno quien decide dónde quedarse -como un taxi- por precio realmente realmente económico... la desventaja es que son peligrosos, y a uno le pueden robar allí como en cualquier bus de ecuador...
en fin, no hay mucho que decir de los 'minibuses' pero sí harto que recordar de ese maravilloso día en table mountain, y de cómo sobreviví a la escalada para contarlo... otro maravilloso día que contar, otro maravilloso día que recordar... otra intensa vivencia, otra razón más para enamorarme más de este lejano lugar, de estos días de felicidad...
Que conste que estoy siguiendo tus aventuras y tú ni siquiera un mailcillo mandas! Besos
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