viajando hacia el sur...
la sala está vacía… no hay nadie y no me extraña que así sea… son las 13h22 (11h23 de ecuador) en sao paulo y el gate 27 no será usado sino hasta un poco antes de las 17h30, hora local, hora en la que también despegará el vuelo sa-223 de south african airways que me llevará por fin a áfrica…
me gusta este lugar… me gusta la absoluta soledad de esta portice, como le dicen en portugués, pero constato que me gusta mucho más el ir y venir de la gente en los aeropuertos, ese andar apurado, casi estresado, que conduce a sueños, negocios, vacaciones, emergencias, nuevas experiencias... me gusta ver a gente diferente hablando en idiomas que no entiendo y que jamás entenderé...
es así como empieza esta aventura... atrás quedó una hermosa semana llena de despedidas y cariño -aunque también mucho cansancio y hasta cierto punto estrés- para comenzar mi aventura, la aventura africana... y, claro que sí, empezó como usualmente ocurre en todos mis viajes: con algún que otro problema...
esta vez no fue una batalla campal dentro del avión, ni tampoco una súbita huelga de colombianos dispuestos a tomarse la sala de preembarque como protesta por la cancelación de su vuelo de regreso de a bogotá... ahora fue un "chequeo de rutina, por sorteo", una forma poco elegante de camuflar la divertida sospecha de droga en mi equipaje...
el licor de coco -embotellado en un coco encerado- que llevo a sudáfrica para compartir con los futuros amigos fue confundido en los rayos x con alguna clase de droga líquida, y después de llamarme por los altoparlantes del aeropuerto un chapa me hizo bajar a la sala de equipaje para que le abra la maleta… primero se hizo el loco con preguntas inocentes: “hacia dónde viajas???”, “qué vas a hacer a sudáfrica???”, “a estudiar inglés a sudáfrica!!!???”, “no hay mejores lugares para estudiar inglés???”, todo mientras revisaba delicadamente mi equipaje…
pero de un momento a otro sacó violentamente el coco, como intentando sorprenderme, y empezó a recriminarme que qué era eso, que por qué lo llevaba, que qué era en realidad, y mil preguntas más al mismo tiempo… al margen dce que seguramente no le gustó nada mi carcajada por su interrogatorio, solo se convenció cuando lo probó y lo volvió a probar en un laaaargo sorbo, dizque para reconfirmar...
superado el inconveniente tuve que volar al avión y, para variar, fui el último en abordar... no fue nada divertido sentir las exacerbadas miradas de todos en mi camino a la fila 26, la penúltima del avión que cuando yo estaba comenzando a defender mi licor de coco ya estaba listo para partir...
el vuelo a santiago fue bastante turbulento, bastante... tanto que no obstante mi cansancio no pude dormir, ni siquiera después de la cena que, eso sí, estuvo muy buena...
no entiendo cómo el aeropuerto de guayaquil puede ser tan premiado y tan famoso si, por ejemplo, es una ameba al lado del de santiago… ese aeropuerto sí es espectacular, pero como no hay nada perfecto en la vida, nada más ingresé a la sala de tránsito me topé con un inmenso starbucks, pero cerrado, claro está, y como era de esperar a las 05h30 hora local...
contrario a lo que esperaba, la escala en santiago se me hizo muy muy rápida y apenas me dio tiempo de escuchar un par de canciones y actualizar mi estado en el face... luego de eso a recoger todo rápidamente para continuar el periplo...
el trayecto santiago-sao paulo definitivamente me gustó mucho más que el guayaquil-santiago... no solo porque advertí que tenía una escala menos (la de buenos aires,no sé en qué mal sueño me convencí de que pasaba por allí) o porque en las cuatro horas de vuelo pude comprobar desde la ventanilla la imponente grandeza de los andes chilenos y argentinos, conocer las famosas pampas argentinas y espesa selva brasileña, sino sobretodo porque fue en este recorrido que hice el primer amigo de esta aventura...
se llama vincenzo pirondini y es un italiano de unos 45 años que volvía desde santiago a su natal módena, luego de cerrar un importante negocio para rovatti, la empresa en la que es manager..
vicenzo habla casi todos los idiomas, excepto el español... es por ello que el haber poder podido conversar las cuatro horas de vuelo con él, entenderle casi todo y lograr que él me entienda casi todo –en mi inglés mocho al más puro estilo del español de dussan draskivic- me hace sentir que lo que me espera en sudáfrica no será tan duro como imagino...
lo que sí está resultando duro es esta escala paulista... ya me recorrí toooodo el aeropuerto de guarulhos y ya almorcé (unas pimientinhas -una especie de quipe brasileño con mucha pimienta jenjibre, creo- y una cerveza devassa -todo por 16 dólares!!!!!!!), por lo que cuando termine de escribir esto no sé qué haré...
falta un montón para mi vuelo, y no puedo escribir por tres horas más… además, no hay internet aquí, no gratuita al menos como sí había en santiago, y como no pienso gastar dinero en eso estoy escribiendo en el microsoft word de uso no comercial que me instalaron los que me vendieron la computadora, y luego lo subiré...
ya empieza a llegar gente la sala y las garotas comienzan llamar mi atención... llama también mi atención lo que está sucediendo con los negros que llegaron en el vuelo de south african airways desde johannesburg... veo a través de la ventana que tres tipos de la policía federal brasileña están reteniendo a toooodos los negros que salen del avión y solo dejan seguir a los blancos… no creo equivocarme pero sigo en brasil, aún no llego a sudáfrica, y es allá donde se supone el racismo ocasiona situaciones como esta…
por qué no los dejan entrar a brasil???... bueno, intentaré averiguarlo con las garotas… cuando lean estas líneas significará que por fin estaré ya en áfrica, en el aeropuerto tambo internacional de johannesburg o cómodamente instalado en mi habitación de la residencia de cape town...
la próxima, ya será para contarles mis primeras impresiones de áfrica...
besos y abrazos para todos, hasta la próxima...
me gusta este lugar… me gusta la absoluta soledad de esta portice, como le dicen en portugués, pero constato que me gusta mucho más el ir y venir de la gente en los aeropuertos, ese andar apurado, casi estresado, que conduce a sueños, negocios, vacaciones, emergencias, nuevas experiencias... me gusta ver a gente diferente hablando en idiomas que no entiendo y que jamás entenderé...
es así como empieza esta aventura... atrás quedó una hermosa semana llena de despedidas y cariño -aunque también mucho cansancio y hasta cierto punto estrés- para comenzar mi aventura, la aventura africana... y, claro que sí, empezó como usualmente ocurre en todos mis viajes: con algún que otro problema...
esta vez no fue una batalla campal dentro del avión, ni tampoco una súbita huelga de colombianos dispuestos a tomarse la sala de preembarque como protesta por la cancelación de su vuelo de regreso de a bogotá... ahora fue un "chequeo de rutina, por sorteo", una forma poco elegante de camuflar la divertida sospecha de droga en mi equipaje...
el licor de coco -embotellado en un coco encerado- que llevo a sudáfrica para compartir con los futuros amigos fue confundido en los rayos x con alguna clase de droga líquida, y después de llamarme por los altoparlantes del aeropuerto un chapa me hizo bajar a la sala de equipaje para que le abra la maleta… primero se hizo el loco con preguntas inocentes: “hacia dónde viajas???”, “qué vas a hacer a sudáfrica???”, “a estudiar inglés a sudáfrica!!!???”, “no hay mejores lugares para estudiar inglés???”, todo mientras revisaba delicadamente mi equipaje…
pero de un momento a otro sacó violentamente el coco, como intentando sorprenderme, y empezó a recriminarme que qué era eso, que por qué lo llevaba, que qué era en realidad, y mil preguntas más al mismo tiempo… al margen dce que seguramente no le gustó nada mi carcajada por su interrogatorio, solo se convenció cuando lo probó y lo volvió a probar en un laaaargo sorbo, dizque para reconfirmar...
superado el inconveniente tuve que volar al avión y, para variar, fui el último en abordar... no fue nada divertido sentir las exacerbadas miradas de todos en mi camino a la fila 26, la penúltima del avión que cuando yo estaba comenzando a defender mi licor de coco ya estaba listo para partir...
el vuelo a santiago fue bastante turbulento, bastante... tanto que no obstante mi cansancio no pude dormir, ni siquiera después de la cena que, eso sí, estuvo muy buena...
no entiendo cómo el aeropuerto de guayaquil puede ser tan premiado y tan famoso si, por ejemplo, es una ameba al lado del de santiago… ese aeropuerto sí es espectacular, pero como no hay nada perfecto en la vida, nada más ingresé a la sala de tránsito me topé con un inmenso starbucks, pero cerrado, claro está, y como era de esperar a las 05h30 hora local...
contrario a lo que esperaba, la escala en santiago se me hizo muy muy rápida y apenas me dio tiempo de escuchar un par de canciones y actualizar mi estado en el face... luego de eso a recoger todo rápidamente para continuar el periplo...
el trayecto santiago-sao paulo definitivamente me gustó mucho más que el guayaquil-santiago... no solo porque advertí que tenía una escala menos (la de buenos aires,no sé en qué mal sueño me convencí de que pasaba por allí) o porque en las cuatro horas de vuelo pude comprobar desde la ventanilla la imponente grandeza de los andes chilenos y argentinos, conocer las famosas pampas argentinas y espesa selva brasileña, sino sobretodo porque fue en este recorrido que hice el primer amigo de esta aventura...
se llama vincenzo pirondini y es un italiano de unos 45 años que volvía desde santiago a su natal módena, luego de cerrar un importante negocio para rovatti, la empresa en la que es manager..
vicenzo habla casi todos los idiomas, excepto el español... es por ello que el haber poder podido conversar las cuatro horas de vuelo con él, entenderle casi todo y lograr que él me entienda casi todo –en mi inglés mocho al más puro estilo del español de dussan draskivic- me hace sentir que lo que me espera en sudáfrica no será tan duro como imagino...
lo que sí está resultando duro es esta escala paulista... ya me recorrí toooodo el aeropuerto de guarulhos y ya almorcé (unas pimientinhas -una especie de quipe brasileño con mucha pimienta jenjibre, creo- y una cerveza devassa -todo por 16 dólares!!!!!!!), por lo que cuando termine de escribir esto no sé qué haré...
falta un montón para mi vuelo, y no puedo escribir por tres horas más… además, no hay internet aquí, no gratuita al menos como sí había en santiago, y como no pienso gastar dinero en eso estoy escribiendo en el microsoft word de uso no comercial que me instalaron los que me vendieron la computadora, y luego lo subiré...
ya empieza a llegar gente la sala y las garotas comienzan llamar mi atención... llama también mi atención lo que está sucediendo con los negros que llegaron en el vuelo de south african airways desde johannesburg... veo a través de la ventana que tres tipos de la policía federal brasileña están reteniendo a toooodos los negros que salen del avión y solo dejan seguir a los blancos… no creo equivocarme pero sigo en brasil, aún no llego a sudáfrica, y es allá donde se supone el racismo ocasiona situaciones como esta…
por qué no los dejan entrar a brasil???... bueno, intentaré averiguarlo con las garotas… cuando lean estas líneas significará que por fin estaré ya en áfrica, en el aeropuerto tambo internacional de johannesburg o cómodamente instalado en mi habitación de la residencia de cape town...
la próxima, ya será para contarles mis primeras impresiones de áfrica...
besos y abrazos para todos, hasta la próxima...
ok, se supone que para estas horas (y días) ya deberías haber subido un post de cómo llegaste a cape town, se supone que llegaste hace 3 días!!! cómo estás? por acá pensándote, y esperando leer tus aventuras...mira que no leo blogs, pero este es la excepción.
ResponderEliminarun abrazo inmenso que llegue hasta cape town
Sole